¿Qué hubiera pasado si Israel hubiese creído?
NOTAS PARA UN SERMÓN O ESTUDIO
¿Qué hubiera pasado si Jesucristo hubiera sido aceptado como el Mesías por el pueblo Israel?
Lucas 19:28-44 / Mateo 27:15-26
Por supuesto que esta es una pregunta hipotética y especulativa. Y aunque estamos claros en que ni la fe, ni la doctrina, ni la teología debe estar fundamentada sobre cosas hipotéticas y especulativas sino sobre la Palabra de Dios, sin embargo, parece estar claro que para algunos, lo hipotético y especulativo tiene tanta validez como la Palabra de Dios. Y esto debe constituir una voz de alarma y de corrección.
Lo cierto es que si Cristo no hubiera muerto:
I. Esto hubiera hecho errar la profecía
II. El perfil y pretensiones mesiánicas de Cristo hubieran sido falsas. Hubiera
faltado a su misma palabra. (Cristo hubiera abandonado y traicionado su
misión o plan Divino.)
III. Se hubiera acomodado a las expectativas de los hombres (Israel) y no a la
voluntad de Dios y su conciencia mesiánica.
IV. Tanto judíos como los gentiles estaríamos perdido en nuestros pecados. Sin
salvación.
V. Tendríamos a un “dios” y “salvador” con minúscula. Impotente, mutable,
vulnerable etc.
Y ¿qué si todos los judíos hubieran aceptado a Cristo a partir de su resurrección?
Lo que no es cierto es:
VI. Que la Iglesia no tendría necesidad existir porque los gentiles se hubieran
sumado a Israel.
VII. Que el “Milenio” (Reino Milenial-literal y terrenal) hubiera comenzado
inmediatamente, ya hubiera terminado, y hace casi 1000 años que hubiera
comenzado la eternidad sobre la tierra.
CONCLUSIÓN
Para uno suscribirse a estas dos últimas posiciones, tendría que aceptar oficialmente:
1. Que Dios tuvo que implementar un Plan B porque el Plan A fracasó.
2. Que Dios tiene dos pueblos (Israel y la Iglesia). Que la iglesia es un
paréntesis accidental en la historia.
3. Que Dios ha tenido que postergar su plan (el Reino) por casi 2,000 años por
causa del rechazo de Israel.
4. Que Dios tiene reinos distintos para Israel y la Iglesia.
5. “Que el destino de la Iglesia es el cielo, y el de Israel es la Tierra”
6. Porque el reino y herencia (las promesas) para la Iglesia son espirituales,
mientras que para Israel son terrenales.
Todo esto sin darle crédito a que Dios nos sujeto a todos (judíos y gentiles) bajo pecado, para tener misericordia de ambos, a que los primeros discípulos eran judíos, que los miles de creyentes de iglesia de Jerusalén eran judíos, y que Pablo por razones estratégicas generalmente comenzaba su evangelización en las sinagogas judías. Y que el mismo Evangelio es poder de Dios para salvar de la misma manera: por gracia, por medio de la fe, tanto a judíos como a gentiles; y que todos los creyentes somos los verdaderos “hijos de Abraham”.
En conclusión, quienes tienen lo que el Dr. Jay E. Adams llama “diplopía” (que ven doble) están viendo más de lo que Dios nos muestra en su Palabra: Un solo y mismo plan eterno e inalterable para todos por igual; una sola y misma Iglesia para todos por igual; un solo y mismo Reino para todos por igual; y un solo y mismo destino para todos los creyentes por igual. Como un solo y mismo destino para los no creyentes por igual.
Cuando la Biblia nos sana de esa “diplopía” escatológica, tiene mucho más sentido ver a Cristo como “mi Siervo Israel” en Isaías, a la Iglesia “como el Israel de Dios”, y el Reino como aquel que El vino a establecer en la vida de todos aquellos que “han nacido del agua y del Espíritu” para verlo y desfrutarlo, desde entonces en parte (“ya”), hasta la consumación de todas las cosas (“pero todavía no”).