¿Dónde está tu hermano(a)?

¿Dónde está tu hermano…?

¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?

Génesis 4:8

La primera es la pregunta que Dios le hace a Caín después de haber matado a Abel. La segunda pregunta es la respuesta de un corazón malvado que intenta evadir su responsabilidad por lo que ha hecho.

Aunque en otro escenario, circunstancias y motivos distintos, lo cierto es que la respuesta de Caín, se asemeja mucho a la de algunos miembros de la iglesia hoy. Posiblemente, ante el hecho de los hermanos que se nos desaparecen inexplicablemente de la iglesia, su respuesta sea la misma con palabras o sin palabras: “¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?”

Una forma de decirlo es cuando en vez de asumir la responsabilidad de velar por su hermano y saber de él, van al pastor y le preguntan: “Pastor, ¿usted sabe algo de “fulano” que no lo vuelto a ver en la iglesia últimamente?” Es como si dijéramos: “Esa es la responsabilidad del pastor, no la mía. Para eso le pagamos.”

Mientras tanto, la puerta de atrás sigue abierta. La misma gente que entra, sale sin que nadie haga nada por impedirlo. Y mientras la iglesia no haga nada más que esperar que su pastor lo haga, está perdiendo inmisericordemente sus oportunidades de crecer.

Ya es tiempo de que las iglesias se organicen para cuidar a sus miembros, en forma tal que cada hermano se sienta “guarda de su hermano”. Hay que asignar líderes de zona, de grupos o de familias que velen por ellas en la inmediatez y proximidad, sin esperar que el pastor sea uno para todos, en vez de ser todos para todos en esto de velar los unos por los otros.

Si los líderes de la iglesia no implantamos con firmeza y determinación esta forma de velar y cuidarnos los unos a los otros ; y si los miembros de la iglesia no acabamos de cambiar nuestros malos hábitos aprendidos por décadas, la puerta abierta de atrás por la que tanta gente sale sin que nadie haga nada por impedirlo, seguirá neutralizando todos los demás esfuerzos de crecimiento que hagamos. Y cuando una iglesia deja de crecer, ha comenzado a morir, aunque sea lentamente.