¿Por qué contiendes conmigo?
Mañana y Tarde de Charles H. Spurgeon
18 de Febrero - Meditación de la Mañana
«Hazme entender por qué contiendes conmigo.» (Job 10:2)
Tal vez, oh alma probada, el Señor está haciendo esto para desarrollar tus gracias. Hay algunas de tus gracias que nunca serían descubiertas si no fuera mediante tus pruebas. ¿No sabes que tu fe nunca aparece tan grande en la dulzura del verano como en el rigor del invierno? El amor es frecuentemente igual a una luciérnaga, que presenta muy poca luz salvo cuando está en medio de la oscuridad circundante. La esperanza es en sí misma como una estrella que no se ve bajo el sol de la prosperidad, pero sólo puede ser descubierta en la noche de la adversidad. Las aflicciones son a menudo las negras láminas en las que Dios junta las joyas de las gracias de Sus hijos, para hacer que brillen mejor. No fue sino hace poco cuando sobre tus rodillas dijiste: «Señor, me temo que no tengo fe. Permíteme saber que realmente la tengo.» ¿No fue esto realmente, aunque tal vez inconscientemente, una oración a causa de las pruebas? Porque, ¿cómo puedes saber que tienes fe, si esa fe no es ejercitada? Ten esto por cierto: Dios a menudo nos envía pruebas para manifestar nuestras virtudes, y para que nos cercioremos de su existencia en nosotros. Además, no es el mero descubrimiento: pues un real crecimiento en la gracia es el resultado de pruebas santificadas. Dios a menudo quita nuestras comodidades y nuestros privilegios con el fin de hacernos mejores cristianos. Él entrena a Sus soldados, no en carpas de tranquilidad y de lujuria, sino sacándolos afuera y usándolos en marchas forzadas y en servicios difíciles. Los hace atravesar arroyos, y nadar a través de ríos, y escalar montañas, y caminar más de una milla con pesadas mochilas de aflicción en la espalda. Bien, amigo cristiano, ¿no explica esto las aflicciones por las que estás pasando? ¿No está el Señor sacando a luz tus gracias, y haciéndolas crecer? ¿No es esta la razón por la que Él está «contendiendo contigo»? Por la prueba, dulce la promesa se tornará; Nueva vida a la oración, las pruebas infundirán; A Sus pies mis aflicciones me llevarán, Oh Señor, humíllame, y allí déjame estar. [Traducción al español por Cyberspace Ministry. Todos los derechos reservados.]
Charles Haddon Spurgeon (1834-1892) fue uno de los predicadores más reconocidos de la segunda parte del siglo XIX. Los numerosos escritos de Spurgeon, así como sus sermones brillantes siguen siendo ampliamente publicados hoy, mostrando su importancia a través del tiempo. Su obra clásica Mañana y Tarde sigue siendo, aún hoy, uno de los libros más populares de devociones diarias.