Consultando antes a Dios en todo
Mañana y Tarde de Charles H. Spurgeon
9 de Febrero - Meditación de la Mañana
«Consultando David a Jehová.» (2 Samuel 5:23)
Cuando David consultó a Jehová, acababa de luchar contra los filisteos, y había obtenido una victoria significativa. Los filisteos subieron en gran número, pero, con la ayuda de Dios, David fácilmente los puso en fuga. Notemos, sin embargo, que cuando los filisteos vinieron por segunda vez, David no subió a luchar contra ellos sin consultar a Jehová. Como había salido victorioso una vez, podría haber dicho, como lo han hecho muchos en otros casos: «Saldré victorioso otra vez. Puedo descansar confiado de que si he vencido una vez, triunfaré aun otra vez. ¿Por qué he de quedarme para consultar al Señor?» Pero David no lo hizo así. Ganó una batalla por el poder del Señor, pero no se aventuraría en otra hasta haberse asegurado del mismo poder. El preguntó al Señor: «¿Iré contra ellos?» Y esperó hasta que la señal de Dios le fue dada. Oh cristiano, aprende de David a no dar paso alguno sin consultar a Dios. Si quieres conocer la senda del deber, toma a Dios como tu brújula; si quieres dirigir tu nave a través de las oscuras olas, pon el timón en las manos del Todopoderoso. Muchas rocas podrían ser esquivadas si permitiésemos que nuestro Padre gobierne el timón; muchos bancos de arena podrían ser evitados si dejáramos a Su soberana voluntad escoger y comandar. Los Puritanos dijeron: «Tan cierto como que un cristiano talle por sí mismo, se cortará los dedos.» Esta es una gran verdad. Dijo otro viejo teólogo: «El que va delante de la nube de la Providencia de Dios, se apresurará a cometer tonterías.» Y así mismo es. Debemos darnos cuenta de que la Providencia de Dios nos guía; si tarda, esperemos hasta que la Providencia llegue. El que se adelanta a la Providencia, estará encantado de tener que retornar otra vez. «Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar,» es la promesa que Dios hace a Su pueblo. Llevemos a Él todas nuestras perplejidades y digámosle: «Señor, ¿qué quieres que haga?» Querido lector, no dejes tu casa esta mañana sin consultar al Señor. [Traducción al español por Cyberspace Ministry. Todos los derechos reservados.]
Charles Haddon Spurgeon (1834-1892) fue uno de los predicadores más reconocidos de la segunda parte del siglo XIX. Los numerosos escritos de Spurgeon, así como sus sermones brillantes siguen siendo ampliamente publicados hoy, mostrando su importancia a través del tiempo. Su obra clásica Mañana y Tarde sigue siendo, aún hoy, uno de los libros más populares de devociones diarias.