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"Jehová, Justicia Nuestra"


Mañana y Tarde de Charles H. Spurgeon

31 de Enero - Meditación de la Mañana

«Jehová, justicia nuestra.» (Jeremías 23:6)

Siempre le dará al cristiano grande calma, quietud, alivio y paz al pensar en la perfecta justicia de Cristo. ¡Con qué frecuencia los santos de Dios están abatidos y tristes! Sin embargo, no debiera ser así. Creo que no se hallarían abatidos si tuviesen presente la perfección que poseen en Cristo. Hay algunos que siempre están hablando de la corrupción, de la depravación del corazón, y de la innata maldad del alma. Esto es muy cierto, pero ¿por qué no ir un paso más adelante, y recordar que somos «perfectos en Cristo Jesús»? No es de extrañar que aquellos que se detienen a considerar su propia corrupción, muestren tal aspecto de abatimiento. Pero, sin duda, si recordamos que «Cristo nos ha sido hecho justificación», entonces tendremos buen ánimo. Qué importa la pena que me aflija, qué importan los asaltos de Satanás, qué importan los dolores que tenga que experimentar antes de llegar al cielo, todas las cosas fueron cumplidas para mí en el pacto de la gracia divina. Nada me falta en mi Señor: Cristo las cumplió todas. En la cruz dijo: «Todo se ha cumplido.» Y si todo ha sido cumplido, entonces estoy perfecto en Él, y puedo alegrarme con gozo inefable y glorioso, «no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.» Estimado lector, no hallaréis de este lado del cielo un pueblo más santo que aquel que recibe en su corazón la doctrina de la justificación por la fe en Cristo. Cuando el creyente dice: «Yo vivo sólo en Cristo, me apoyo en Él exclusivamente para la salvación; y creo que, aunque indigno, todavía soy salvo en Jesús,» entonces se levanta en mi corazón este pensamiento como motivo de gratitud: «¿No viviré para Cristo? ¿No Lo amaré y serviré, viendo que soy salvo por Sus méritos?» «Porque el amor de Cristo nos constriñe,» «para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquel que murió y resucitó por ellos.» Entonces, si somos salvos por la justicia imputada, valoraremos grandemente la justicia impartida. [Traducción al español por Cyberspace Ministry. Todos los derechos reservados.]

Charles Haddon Spurgeon (1834-1892) fue uno de los predicadores más reconocidos de la segunda parte del siglo XIX. Los numerosos escritos de Spurgeon, así como sus sermones brillantes siguen siendo ampliamente publicados hoy, mostrando su importancia a través del tiempo. Su obra clásica Mañana y Tarde sigue siendo, aún hoy, uno de los libros más populares de devociones diarias.

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