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Ninguna Enfermedad

En mis lecturas devocionales quedo cautivo de las palabras de Dios a Moisés tocante a la protección de su pueblo: "ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador" (Éxodo 15:26b). Uno podría tomar este pasaje como un absoluto, pero comencemos por darnos cuenta de que específica "de las que envié a los egipcios. Y créalo o no esto comienza a hacer alguna diferencia.

Mas tarde en mis devociones diarios encuentro a Dios hablándole al mismo pueblo sobre cómo diagnosticar y tratar a un leproso. Bueno, ¿quiere peor enfermedad que ésta? Lo que más me llamó la atención es que en la casa donde aparezca esta enfermedad, Dios mismo se atribuye haberla enviado. Lo cierto es que, no solamente hubo lepra en Israel sino otras enfermedades y condiciones físicas deplorables. ¿Cómo uno armoniza lo primero con esto último?

Tal vez un punto de reflexión pueden ser las condiciones impuestas por Dios: "Si oyereis atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y diereis oído a sus mandamientos, y guardareis todos sus estatutos". Si yo no me equivoco, hay una relación directa entre lo primero "ninguna enfermedad" y lo segundo "si..." Es decir, la promesa de parte de Dios, y la conducta obediente y responsable de su pueblo.

Es interesante que Dios le da instrucciones claras y específicas sobre alimentos puros e impuros, y medidas a tomar para evitar o remediar la contaminación. Y Dios sabe porque se lo decía. En fin, Dios quiere un pueblo saludable, pero ese pueblo tiene que tomar medidas para no enfermarse.

Moraleja, nosotros el pueblo de Dios, debemos ser un pueblo "relativamente saludable" que haga honor al Dios que es nuestro Sanador, aún preventivamente. Y esta fase preventiva es la más ignorada por los cristianos. En vez de estar al lado del bando de los que hacemos todo lo posible por no enfermarnos, parecería que hacemos todo lo posible para enfermarnos. Y el resultado es que hay más gente en las iglesias pidiendo oración por sus enfermedades, que dando gracias a Dios por su salud.

¿Qué está haciendo usted: lo suficiente para enfermarse o lo necesario para, en cuanto sea posible, no enfermarse? ¿Puedes dar gracias a Dios por lo que te comes a conciencia de que es saludable o te atreves darle a Dios gracias por algo que vas a consumir que sabes que a la corta o a la larga te va a enfermar? ¿No es esta otra forma de tentar a Dios, haciendo males y esperando que vengan bienes?

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